Tiempo de lectura: 4 minutos.

a sido una gran semana para Microsoft. No sólo los pedidos anticipados de las series X Xbox X y Xbox S se pusieron en marcha con una demanda sin precedentes, la compañía también anunció que había adquirido Bethesda por la absurda suma de 7.500 millones de dólares.

Una compra sin precedentes en el espacio de los juegos, y es fácilmente una de las mayores adquisiciones de este tipo que hayamos visto. Para poner las cosas en contexto, Microsoft pagó más por Bethesda que Disney por todo Lucasfilm. Al igual que ese acuerdo, esta es definitivamente una inversión a largo plazo que cosechará recompensas en los años venideros.

Sin embargo, una cosa queda clara de esta adquisición, y es cómo impactará en el portafolio de Microsoft avanzando junto con la creciente popularidad de Xbox Game Pass. Este ecosistema de servicios se encuentra en el centro de su estrategia para la próxima generación y más allá, tentando a los jugadores con una biblioteca de juegos de acceso instantáneo que crecerá y evolucionará en los próximos años.

Ya se ha confirmado que gran parte del catálogo trasero de Bethesda se implementará en el Game Pass de Xbox en los próximos meses, una tendencia que comenzará con la llegada de Doom Eternal. Pero esto se volverá mucho más atractivo en los años siguientes con la llegada de Starfield y Pergaminos Mayores 6, dos títulos que seguramente serán algunos de los más grandes de esta próxima generación.

Parece que Microsoft está abordando su actual falta de títulos exclusivos mediante la compra de grandes estudios y editoriales que pueden sustituir a este número y otros, con Bethesda albergando algunos de los mejores talentos del planeta en materia de desarrollo en este momento. Arkane Studios, MachineGames y Tango Gameworks son sólo algunos de los equipos que ahora están bajo el paraguas de Xbox, y saber que ahora trabajarán con mayores recursos es enormemente emocionante.

Se ha dejado claro que Bethesda funcionará de forma semi-independiente fuera de los Xbox Game Studios, y no está claro si los futuros títulos sin arreglos previos se convertirán en verdaderas exclusivas en Windows y Xbox. Si esto termina siendo así, sería transformador para la plataforma, resultando en que algunos verdaderos monstruos abandonen la PlayStation para siempre.

Pero estamos de acuerdo en si estarían dispuestos a sacrificar las ventas por una de las mayores plataformas rivales, o si en cambio querrían poner todo su poder de marketing detrás del hecho de que tales juegos estarán disponibles en Xbox Game Pass el día del lanzamiento. O bien, optan por lo último y simplemente tienen una ventana de tiempo de exclusividad para Xbox y Windows.

Definitivamente no fue una coincidencia que la venta de Bethesda se anunciara 24 horas antes de que se abrieran los pedidos anticipados en todo el mundo, plantando una emocionante semilla en las mentes de los jugadores mucho antes de que floreciera. La gigantesca adquisición de Microsoft tendrá un impacto mínimo en el lanzamiento de la consola si somos honestos, pero eso no importa, lo que sí importa es que seas arrastrado al ecosistema de la Xbox.

Esto nos lleva de nuevo a la creciente relevancia del Game Pass de Xbox. Con una membresía activa, los jugadores ocasionales no necesitan comprar juegos a precio completo durante la mayor parte del año, con una biblioteca tan activa y en evolución que incorpora todos los títulos más importantes de Microsoft junto con la próxima implementación de EA Access.

Es un precursor del “Netflix de los juegos” y la búsqueda continua de Microsoft para el desarrollo sólo aumentará su biblioteca potencial de propiedades, todas las cuales se convertirán en un pase de juego para Xbox con un mínimo esfuerzo. Sony y la PlayStation 5 simplemente no tienen nada que competir con esto a pesar de algunas exclusivas estelares, y su arcaico enfoque de las divisiones generacionales podría ser su perdición en los próximos años.