El primer gobierno de coalición de España en las cuatro décadas que han transcurrido desde el retorno de la democracia tomó forma el lunes, cuando 22 ministros del gabinete juraron sus cargos, aunque aún quedan dudas sobre si el gobierno de dos partidos de izquierda puede ver su período de cuatro años como una administración minoritaria y se enfrenta a una serie de cuestiones molestas que podrían llevar a tensiones dentro de la coalición. Más allá de manejar las tensiones separatistas en la económicamente poderosa región del noreste de Cataluña y de recargar la que es la cuarta economía más grande de la eurozona, el primer ministro socialista Pedro Sánchez tiene la difícil tarea de mantener el apoyo de su socio de coalición, Pablo Iglesias, el líder del partido antiaustista United We Can. “O cooperan o abrirán la puerta a una coalición de derecha apoyada por la extrema derecha”, dijo Ana Sofía Cardenal, profesora de ciencias políticas de la universidad UOC de Cataluña. “Un fracaso de la coalición dañaría la credibilidad de United We Can y la reputación de los socialistas”. Cataluña es, con mucho, el mayor problema inmediato y el que exigirá la unidad dentro del gobierno. Lo hizo gracias a la abstención de 13 miembros del partido independentista ERC, que prometió que se sentaría a hablar con ellos sobre cómo resolver el problema interno más grave de España desde el retorno a la democracia en 1978.

El ERC, que tiene varios miembros destacados encarcelados por una ilegal campaña independentista en 2017, insiste en la autodeterminación de Cataluña, algo que la Constitución española y Sánchez descartan. En el plano económico, España sigue siendo una de las economías más sanas de Europa, con un crecimiento de alrededor del 2% en 2019. El principal problema del gobierno es conseguir un presupuesto que satisfaga a la Unión Europea, a los inversores y que cumpla las promesas sociales que ha hecho, desde el aumento de las pensiones hasta el incremento de los salarios de los funcionarios y el salario mínimo básico. Y mientras España ha reducido el desempleo a la mitad en los últimos años, con un 14%, sigue siendo el doble de la media de la eurozona de 19 países.Sánchez será consciente de que su primer intento de gobierno el año pasado se vino abajo cuando el ERC votó en contra de su plan de gastos para 2019.Sánchez y sus principales ayudantes también tendrán el reto de mantener la relación con United We Can, un partido advenedizo que ha obtenido muchos de sus votos de los socialistas de 140 años.cuando los dos partidos fracasaron en su primer intento de formar una coalición, Sánchez dijo que ni él ni el 95% de los españoles podrían dormir por la noche teniendo a Iglesias y a sus inexpertos colegas a cargo de importantes ministerios. Pero cinco meses después, Sánchez tomó a muchos por sorpresa cuando días después de las elecciones generales del 10 de noviembre abrazó a Iglesias al firmar un acuerdo de coalición. Ambos partidos perdieron escaños en las últimas elecciones y posiblemente sintieron que un nuevo deslizamiento podría ver a un gobierno de derecha tomar el poder en Madrid.

Un punto de fricción importante podría ser el apoyo de Iglesias a un referéndum en Cataluña. La reducción de los alquileres abusivos y el alojamiento de más inmigrantes son otras dos demandas que los socialistas pueden encontrar difíciles de cumplir. El lunes, Iglesias dijo que estaba detrás del objetivo de Sánchez de “un gobierno que hable con muchas voces pero siempre con el mismo mensaje”. Esta historia ha corregido el nombre de la profesora de la UOC de Cataluña a Ana Sofía Cardenal y no a Ana Sofía Cárdenas.